Cambiar la realidad de pobreza, marginalidad, exclusión y desamparo que padecen cientos de miles de niños y adolescentes en situación de riesgo social en nuestro país y que nos duele a todos, requiere de un compromiso colectivo de participación, de nuestra solidaridad, de nuestro aporte desinteresado en la búsqueda de un objetivo, nada sencillo pero profundamente necesario: que la igualdad de derechos y oportunidades para cada chico de nuestra argentina deje de ser una utopía y se transforme en una realidad efectiva.

Fue con esa premisa con la que, desde la UOCRA, decidimos crear la Fundación Construir Futuro. como un eslabón más en la extensa cadena solidaria constituida por instituciones y personas que, día a día, contribuyen con su vocación de servicio y su generosidad, a transformar la realidad de quienes más lo necesitan, de quienes resultan más vulnerables a la injusticia social: los niños.

A poco de iniciar su tarea, la Fundación Construir Futuro concretó su mayor obra: el Hogar Peldaños, destinado a albergar a chicos en situación de riesgo social.

La palabra hogar nos conecta con sentimientos y valores que contribuyen de manera decisiva a modelar nuestra personalidad y proyectar nuestro futuro.

Hogar significa mucho más que un espacio físico propio. Representa protección, contención, amor, educación, cuidado, valores, respeto, solidaridad, pertenencia. todo ello nos proponemos brindarle a los niños y niñas que habitan peldaños.

Los trabajadores constructores, a los que tengo la responsabilidad y el orgullo de representar, siempre decimos que tenemos en nuestras manos el arte de construir. Y con esta tarea que llevamos adelante a través de la Fundación Construir Futuro y su Hogar Peldaños, tenemos la convicción de que estamos trabajando en la construcción de un cambio.

Los grandes cambios, se construyen a partir de la suma cotidiana de pequeños cambios. Las grandes transformaciones, se logran con nuestra vocación de contribuir y participar de las pequeñas transformaciones.

Si nos comprometemos a tender nuestra mano solidaria. Si sentimos como propio el sufrimiento o la sonrisa de cada chico carente de oportunidades.

Si la fuerza del amor al prójimo logra vencer nuestros prejuicios y nuestra indiferencia, habremos dado el primer paso en el camino de transformar la realidad, el futuro y la vida de tantos chicos que sólo esperan una cosa de nosotros: que les demos la oportunidad de un futuro mejor.

Y es lo que nos hemos propuesto desde construir futuro.

Gerardo Martinez